Qué es: Originaria de la India, se extendió por todo el mundo (excepto polos y desiertos) mediante el transporte de los hombres, como por ejemplo barcos, para conquistar nuevos territorios. En la península ibérica encontramos tres variantes geográficas diferentes, aun siendo la misma especie. Los morfotipos son: rattus (Galicia y cordillera cantábrica), frugivorus (ocuparía prácticamente la totalidad de la península) y alexandrinus (Centro y Sur peninsular). En Ceuta sí que encontramos una subespecie llamada Rattus rattus nericola.
Clasificación: Dentro del Orden Rodentia encontramos unas 2280 especies, de las cuales, entre 56 y 65 pertenecen al género Rattus. Dentro de este género, sobresalen dos especies, tanto por su amplia distribución como por su abundancia: Rattus rattus y R. norvegicus.
Morfología: Su aspecto es bastante parecido al de la rata gris, pero hay varias características que la diferencian. El cuerpo sigue siendo compacto y robusto, pero menos que el de la rata gris. La cabeza y cola miden entre 16 y 23 cm, a pesar de que también se pueden encontrar individuos de 9,5 cm. La cola mide igual o más que la cabeza y el cuerpo juntos, normalmente entre 17 y 25 cm, a pesar de que en individuos más pequeños puede medir 11,5 cm. El peso total del animal está entre los 135 y 250 g, donde los machos suelen ser ligeramente más grandes que las hembras. El pelaje del cuerpo para el morfotipo rattus suele ser negro o gris oscuro en la parte dorsal, mientras que en la parte ventral es más claro como por ejemplo blanco-crema, gris oscuro o el más habitual: gris claro. Los morfotipos frugivorus y alexandrinus presentan coloraciones dorsales más rojizas. La cola la encontramos igualmente oscura, con escamas en forma de anillo y con poco pelo. El hocico es más puntiagudo que el de la rata gris, los prominentes ojos son oscuros y vivos y las orejas, casi sin pelo, son más grandes que las de la rata gris. Si las doblamos hacia delante, llegarían al lado del ojo. Las patas anteriores tienen 4 dedos (pulgar atrofiado), mientras que las posteriores tienen 5. Las hembras tienen 5 pares de glándulas mamarias: 2 pares pectorales y 3 pares inguinales. Su fórmula dentaría es: (1/1, 0/0, 0/0, 3/3), esto hace un total de 16 piezas dentales. Solo tienen incisivos y molares, no disponen de colmillos ni premolares y el espacio que queda entre medio de los dientes, se denomina diastema. Los incisivos son de crecimiento continuo y para limarlos necesitan roer, de aquí el nombre de la Orden al cual pertenecen, Rodentia (Roedores). Los molares (muelas) tienen protuberancias redondeadas que recuerdan a una mora, y por eso se denomina la familia de los múridos (Muridae).
Ciclo Biológico: Mamíferos vivíparos, suelen tener un número par de crías que va entre 5 y 18 (normalmente 7-8) nuevos individuos en cada camada. Cada año suelen tener entre 5 y 6 camadas y a pesar de que excepcionalmente pueden llegar a los 5 años de edad en cautividad, en medio salvaje normalmente no superan el año de vida y raramente llegan a los 2-3 años. Las crías de 5-6 g, al nacer son ciegas, sordas y sin pelo, abren las orejas la primera semana de vida y los ojos a la segunda semana, cuando ya se alimentan de sólidos llevados por la madre. A las 3 semanas, pasado el periodo de aprendizaje, ya pueden vivir sin la leche materna a pesar de que se alimentan de la madre durante un mes aprox. Durante este periodo es cuando empiezan a salir de la madriguera para valerse por sí solos. A las 5-6 semanas ya llegan a la madurez sexual, donde empezarán sus ciclos sexuales: cada 4-6 días tendrán un celo de 9-24h. Las hembras de un grupo pueden llegar a copular entre 200-400 veces para asegurar la fecundación. La cópula dura unos pocos segundos y dará lugar a una gestación de 21-23 días donde el ciclo volverá a empezar. Las hembras son poliéstricas, esto quiere decir que tienen ciclos consecutivos, durante todo el año, solo en zonas muy calurosas pueden tener un pequeño reposo estacional.
Comportamiento: A diferencia de la rata gris, la rata negra es más habitual encontrarla en altura (árboles, vigas, techos, tejados…) y no por el suelo. Es especialista en trepar y construye su nido en vacíos de paredes, buhardillas, árboles, nidos de aves abandonados, tejados, ... Siempre a cierta altura del suelo, generalmente construido con ramas y hojarasca, suele ser esférico y solo presenta una entrada. Tiene un excepcional sentido del equilibrio y puede realizar grandes saltos. En zonas más silvestres puede llegar a instalarse en la base de los árboles, con las raíces como protección, pero normalmente lo hace en zonas más tranquilas, sin actividad humana y sobre todo, sin presencia de la rata gris. No excava madrigueras ni galerías y presenta menos miedo a los objetos nuevos que la rata gris. Son omnívoras, a pesar de que principalmente se alimentan de fruta, nueces, grano y verduras. También pueden ingerir insectos, moluscos, y restos varios, pero en menor medida. Sus excrementos son más tubulares y simétricos que los de la rata gris, miden entre 0,9-1 cm aproximadamente de largo y 0,2-0,3 cm de diámetro. Suelen ser de color negro, muy oscuro, a pesar de que dependiendo de la alimentación puede variar. Como la rata gris pueden llegar a comer un tercio de su peso corporal a diario. A diferencia de la rata gris, la rata negra es más abundante en medios silvestres, mientras que la rata gris es más urbanita. Con la presencia humana, sobre todo en zonas urbanas, la rata negra es más nocturna, mientras que en zonas rurales o silvestres es más diurna. Su grupo social es más reducido que el de la rata gris puesto que lo conforman unos 5-6 individuos, eso sí, seguimos encontrando los dominantes y los dominados. Aun así, las ratas grises son más grandes y agresivas que las ratas negras. De hecho, las ratas negras acompañaron al hombre en sus colonizaciones y en sus asentamientos en las ciudades y nuevos territorios. Llegaron a Europa en el s. VIII y llegaron a América en barcos. Posteriormente, la rata gris fue expandiéndose desde su origen (región Indo-asiática) y allí donde se encontraba la rata negra, la expulsaba de la ciudad para desplazarla a las cercanías o, como máximo, en zonas altas del entorno urbano.
Hábitat y Distribución geográfica: Especie nativa de la India, actualmente su distribución es mundial (excepto en los polos) y está muy ligada a la actividad humana. En Europa está presente en la mayoría de los países, a pesar de que es menos abundante en los países escandinavos y más frecuente en la cuenca del Mediterráneo. A pesar de que la rata gris la haya desplazado del casco urbano, la rata negra todavía permanece en las cercanías. Es especialista en trepar, hecho que le permite compartir hábitat con la rata gris, puesto que no comparten el mismo biotopo, a pesar de que es extraña esta conjunción dada la agresividad de la rata gris. En cualquier caso, no habita lugares que superen los 1.000m de altitud.
Importancia Sanitaria y Riesgos: Claramente la peste bubónica, peste o muerte negras es el mayor temor cuando se habla de ratas. A pesar de que hoy en día es una enfermedad que ya está controlada, tenemos que recordar que todavía no hay cura. Realmente, la rata no transmite la enfermedad, las responsables de la propagación de la enfermedad son las pulgas de la rata. Las pulgas, que viven y se transportan gracias a la rata, son las que, al picarnos, pueden infectarnos con la bacteria Yersinia pestis. Esta bacteria provoca la peste bubónica, que es la inflamación de los ganglios linfáticos, la peste neumónica si afecta más en los pulmones, o raramente la peste septicémica si afecta a la sangre. Si se coge en estadios avanzados se puede tratar con un cóctel de antibióticos y al enfermo hay que aislarlo completamente para evitar la propagación de la enfermedad. En estos casos la tasa de mortalidad es del 10%. Cuando no hay tratamiento, lo cual es bastante habitual en las regiones a las que suele afectar la enfermedad, la tasa de mortalidad es altísima, entre el 30 y el 90%. Si la persona llega a morir, esto pasaría a los 10 días de infectarse. A lo largo de la historia se conocen 3 grandes brotes de peste bubónica: El primer brote afectó al Imperio romano durante 200 años, durante los cuales perdieron la vida el 25% de la población, unos 50 millones de personas. El segundo brote afectó a Europa a finales de la edad media, a pesar de que se extendió en el tiempo, el pico más importante solo fue de 6 años, entre el 1347 y el 1353. En este caso la población europea pasó de 80 millones a solo 30; entre un 30 y un 60% de la población mundial murió. Los 4 siguientes siglos fueron marcados por brotes más localizados en diferentes ciudades de Europa. Hasta llegar al tercer brote, a mediados del siglo XIX, donde la India perdió a lo largo de 30 años a 12,5 millones de personas.
Lamentablemente, Yersinia pestis no es el único patógeno que las ratas pueden transmitir: Streptococus pneumoniae, Corynebacterium kutsheri, Bacillus piliformis, Pasteurella pneumotropica, Streptobacillus moniliformis, Rickettsia sp., Triquinosi, toxoplasmòsi, leptospirosi, el tifus.... Estos son algunos ejemplos de las bacterias, virus y parásitos donde las ratas pueden funcionar como vectores (no como reservorios), siendo muchas enfermedades incurables y algunas mortales.
Plaga: Ocasiona problemas económicos y sanitarios. No solo se debe tener en cuenta la cantidad de enfermedades, que al estar estrechamente ligada al hombre facilita la transmisión de estas, sino también los daños que provocan a la agricultura. Además, dado el retroceso que ha sufrido el conejo en los últimos años, las ratas se han convertido en una presa clave para otros tipos de depredadores como por ejemplo las aves rapaces, mustélidos, grandes mamíferos cánidos y felinos...
Existen varios sistemas de lucha contra roedores, por lo que valoraremos la situación y elegiremos el tratamiento más adecuado a cada entorno y circunstancia.
Tratamiento con cebos raticidas por ingestión
Tratamiento con aparatos de captura
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